El cielo de Caracas es puro,
es amable,
es escarchado.
Si vas al sitio correcto
y te quedas tiempo mirando,
verás a contra luz una bandera
volando.
Cuando es azul, es mar
Cuando es blanco, es papel
Cuando es rosado, es flor
Cuando es negro...
Ay, cuando es negro ya no es cielo
sino su telón.
Las banderas nadan en el mar
Son tinta en el papel
polinizan la flor
y se esconden tras el telón.
Cuando la función acaba,
el telón oprime y libera.
Un único reflector hacia el público a veces
Y a veces, nada más que nada.
Caracas, si siempre regreso
es por tu mar cálido,
tu papel despreocupado,
tus miles de flores.
Caracas, si siempre me voy
es por tu telón desvencijado,
cerrado a ciegas.
Sin aplausos.
Caracas, si siempre te quiero
es por esa bandera
que no tiene miedo
de volar para nadie.
O quizás porque vuela
un poquito
para mí.
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